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miércoles, 12 de septiembre de 2012

CHIPATA, SANTANDER, COLOMBIA
PROVINCIA DE VELEZ

HISTORIA 

Fecha de fundación: 08 de marzo de 1537
Nombre del  fundador: Gonzalo Jiménez de Quezada

RESEÑA HISTÓRICA:

ÉPOCA PREHISPÁNICA

Para enfrentar el recorrido histórico de Chipatá, es necesario hacer referencia a la época prehispánica, tomando dos elementos: la descripción de los cronistas o historiadores coloniales y los estudios arqueológicos de la región de Vélez. Unos porque, como fuente de primera mano, describen situaciones de la conquista, también de la colonia y los otros porque son más detallados y se valen de instrumentos científicos que permiten claridad sobre los hallazgos. Según algunos cronistas, antes de la llegada de los españoles, se dieron dos aspectos interesantes en la región de Vélez; primero, que fue habitada por los Muiscas y segundo que estos tuvieron subdivisiones a su interior. En el primer caso, varios historiadores incluyeron la región dentro de los dominios Guanes, debido a que durante la colonia, los territorios de las actuales provincias Comunera y Guanentina, que sí estaban formadas por la etnia Guane, hicieron parte de la región veleña, quizá por eso se ha pensado que la actual provincia de Vélez estuvo habitada por aquellos, pero nó, puesto que sus habitantes fueron básicamente Muiscas. Para el segundo aspecto debe decirse que éste basto territorio acogió parte de la gran familia Muisca, la cual tuvo, en el “Rincón de Vélez”, comunidades de características bien definidas, así que hoy, se tiene referencia de los que pertenecieron a Saboya, a Chipatá, a Guavatá y Orta, los del valle de Sorocota o tierra templada, además de los Carares, que por ser nómadas se incluyeron en la etnia Yarigui. En las crónicas, se menciona frecuentemente al cacique Chipatá, al de Saboya, y al de Tisquizoque, quien según la leyenda sometió a su tribu al suicidio colectivo, antes que permitir el avasallamiento español; lo que no ocurrió con ningún cacique Guane, pues ni siquiera fue nombrado el más famoso de ellos: Chanchón. Para antropólogos y arqueólogos las referencias, siempre han requerido comprobación y verificación. Ambos, mediante el método científico, comparan las descripciones de los cronistas para tener una mediana aproximación a las regiones y luego con el trabajo de campo definen que tan cierto era lo dicho. En este sentido Carl Langebaek, antropólogo extranjero experto en las diferentes etnias precolombinas, afirmó en varias de sus publicaciones, que los pequeños cacicazgos tuvieron independencia de los Zaques de Hunza, Tundama, Sugamuxi y del Zipa de Bacata. Situación confirmada mediante el estudio de la organización social de los Muiscas, que demostró que no hubo entre ellos, dedicación a servir a los Zaques ni al Zipa mencionados, sino que se ocupaban en la labor y cuidado de sus bohíos y sementeras, no grandes cultivos, solo las siembras necesarias para sostener la familia del cacique, localizadas cerca a los bohíos, configurando pequeños asentamientos con sementeras alrededor de su cacique natural. De ahí que los supervivientes de los 600 que habían zarpado de Santa Marta, al mando de Gonzalo Jiménez de Quesada, al llegar a estas tierras, encontraron connotaciones distintas a las del río Magdalena. Al respecto don Juan de Castellanos menciona: “Y vistos los buhíos y ramadas, se pusieron a modo de salvagos, bistendose de mantas coloradas, cubiertas las Cabezas con plumajes, con voces altas y regocijada hacen ostentación de nuevo trages, diciendo: “Tierra Buena, Tierra Buena: Tierra que pone fin a nuestra pena, Tierra de oro, tierra abastecida, Tierra para hacer perpetua casa, Tierra con abundancia de comida, Tierra de grandes pueblos, tierra raza, Tierra donde se ve gente vestida, y a sus tiempos no se sabe mal la brasa, Tierra de Bendición clara y serena, Tierra que pone fin a nuestra pena!..” Es decir que Langebaek acertó en su apreciación acerca de los bohíos y demás, ahora bien, para Chipatá es importante esta huella histórica porque fue la primera noticia de sementeras para los españoles. Fray Pedro Simón al respecto dijo: “Como Gerónimo de Inzá con su compañía se dio tan buena prisa a desbaratar a los indios gritones, a que ayudó también, el ver los bárbaros asomar a otra tropa de Caballos que venia un poco sobresaliente del cuerpo del ejército, sin que hallara estorbo ni sucederles cosa de nuevo en el camino, se entraron aquel día, que fue la mitad del mes de enero de mil quinientos treinta y ocho en la provincia de cacique, llamado Sacrecuces, lo que ahora se llama Chipatá. Rancheárense temprano cerca de un poblezuelo ya salidos del Valle de la Grita y entrados en el termino de este Casique Sacre, donde veían a los naturales hacer juntas a cerca de lo que harían con aquellos hombres que así se les habían entrado en sus tierras y apoderado de ellas y de sus sementeras, y tan sin temor, les parecía ser suyo aquello.” Este dato afirma lo ya expuesto, acerca de los caciques naturales y de lo que encontraron los españoles a su llegada al interior, pero también deja una duda acerca de la fecha de ingreso que se tiene que aclarar. El cronista Fray Pedro Simón cometió un error al escribir 1538, pero varios historiadores basados en otros cronistas como Fray Alonso Zamora y el mismo Castellanos señalaron que la fecha exacta fue en 1537, por lo tanto se asume que la fecha de ingreso fue esta última. Así pasaron los años y al historia se mantuvo sin objeción, hasta que, entre los meses de julio y agosto de 1992 y de abril a mayo de 1993 se realizó una prospección arqueológica en varios puntos de Chipatá. Actividad que cumplieron las antropólogas Sandra Luz Castro y Viviana Salazar de la Universidad Nacional, sede Bogotá, quienes realizaron trabajo de campo e hicieron hallazgos arqueológicos que aportaron datos y luces al estudio de la época prehispánica del este municipio.
Los sondeos realizados se cumplieron en terrenos de sus dos pisos térmicos, dejando un metro entre uno y otro, hasta lograr una profundidad de 2 metros. Las evidencias, en la mayoría de los casos, presentaron alteraciones físicas como: erosión, deslizamientos y otras causadas por agentes naturales, igualmente causas antrópicas como el uso de maquinaria para arado, herramientas y la conocida guaquería, en la mayoría de las excavaciones se encontró material de cerámica de diversos colores y restos óseos humanos. El estudio de dichos elementos permitió concluir que Chipatá, durante la época prehispánica, fue un corredor natural de los Muiscas y los Guanes. Al realizar las excavaciones en los dos pisos térmicos del municipio se encontró que en la zona alta (+ de 2000 m.s.n.m.) los restos óseos humanos se asociaban a la cerámica de la etnia Guane con patrones funerarios definidos, mientras que en la zona baja (- de 1800 m.s.n.m.) el material asociado correspondía a la etnia Muisca; lo interesante es que los hallazgos no evidenciaron relaciones de mutua existencia, ni de poder, ni aspectos comerciales, ni siquiera de conflictos, como si unos u otros sospecharan su mutua existencia, en cambio definieron la ubicación geográfica de las etnias: el territorio sur habitado por Muiscas, por el material encontrado cerca de Güepsa, en tanto que lo Guane en el territorio norte, en los sitios más retirados. De ahí que nunca traspasaron el corredor natural, a pesar de constante movilidad, puesto que tampoco se evidenciaron patrones de asentamiento. El hallazgo de estas pruebas indicó la coexistencia de dos etnias distintas en una misma región, hecho importantísimo para Chipatá, puesto que por su ubicación geográfica debió convertirse en un punto estratégico de éstas. Esto se reconoce como área de contacto en antropología, lo que a futuro deja abierto el campo para estudios en busca de las diferentes huellas dejadas durante la trashumancia; con lo anterior, también se entiende por qué los españoles ingresaron al interior del país por esta zona, al respecto el padre Alonso Zamora dice: “Llegaron todos a la eminencia de la serrania y extendieron la vista por tierras dilatadas, llenas de grandes poblaciones. Bajaron con brevedad y en el primer pueblo que llegaron, los recibieron de paz los indios, hospedarónse en sus bohíos dándoles de comer en abundancia. Pasaron a otro pueblo llamado Chipatá, en que después fundaron a la ciudad de Vélez. Entraron a principios de 1537, dispuso Fray Domingo de las Casas que en aquel pueblo de Chipatá se celebrara el Santo Sacrificio de la Misa, que fue la primera de que se dijo en este Reino. Levantó una cruz en cuya presencia dieron gracias a la Divina Majestad, de que les había concedido pisar aquellas tierras, en que sin los afanes de buscar la comida, se la traían a la mano… viendo el agasajo que les hacían los indios, descansaron con sosiego, algunos días, convalecieron los enfermos se vistieron los desnudos y en las buenos pastos se reformaron los caballos”. Los intentos de ingresar al interior a través del Magdalena fueron muchos, en ellos se disminuyó la tropa considerablemente, por eso decidieron buscar nuevas sendas, ya sea por mera suerte, o por cuestiones de instinto, pero lo cierto es que los españoles llegaron a las tierras de Chipatá. El padre Zamora enseña que el cansancio y la desnudez tuvieron su fin cuando fueron recibidos, atendidos, que disfrutaron, dieron gracias por el nuevo paisaje y con la celebración de la eucaristía perpetuaron e inmortalizaron la existencia del territorio especial prehispánico llamado Chipatá. LA PRIMERA MISA El padre Fray Enrique Báez, O.P., fue un dedicado a la historia de la región del gran Vélez, en el archivo de los conventos de ésta orden en Bogotá se encuentra el manuscrito con el nombre de “Monografía de Chipatá”. Por la importancia de la misma y la disciplina con que fue elaborada, se transcribe parte de su contenido: “Todos los escritores sostienen que la primera misa se celebró por Fray Domingo de las Casas en el Nuevo Reino de Granada, fue en Chipatá… Uno o días antes había trepado el campo por la cordillera del Opón y por el sitio de el “El Boquete de D. Jaime” divisando desde ese paradisiaco Balcón, a sus pies el encantador “LLano de San Juan”, que ellos nombraron de “Las Gritas”. El magnifico Acto Religioso que ofrecieron todos los del campo, no los describe el Beneficiado Juan de Castellanos, cuando sitúa aquel incomparable ejercito de hombres desnudos y hambrientos, cubiertos con las pieles de las fieras salvajes, que ellos habían venido devorando por entre la selva; pero en con corazón de león y con esfuerzos titánicos de invencibles conquistadores, cuando todos de rodillas sobre empinado picacho del Opón, levantan las manos a los cielos y con voz agradecida al Creador de la Naturaleza repiten en silencio la oración que entona el Generalísimo: “Gracias os doy, Señor de los Imperios, Pues pasamos por aguas y por fuego, Para venir a tales refrigerios, Donde bulge bestial, cruel y ciego, Oiga Vuestros Santísimos misterios, Y donde desterrado la milicia, De vuestra santa fe tenga noticia” un momento de silencio se siguió a esta exclamación gratulatoria y los ojos de todos se saciaron en columbrar el magnífico horizonte de Valles corrientes de agua y serranías que a distancia de muchas leguas serraban el horizonte, horizonte olvidado para ellos, pues durante muchos meses no habían contemplado mas sino el sufrimiento de pantanales, e interminable y oscura selva, siempre sombría y siempre lluviosa. Pasado este estupor tan agradable, pensaron en descender suavemente hacia Chipatá (12 Kilometros) que era el poblezuelo e rancherío más próximo que se encontraba a su paso. Ya divisaban por una parte y por otra, ranchos salvages de indigenas, cuyos habitantes atemorizados se refugiaban a la mas altas colinas para mirar de lejos a los españoles invasores que siendo una manotada de hombres (166 había contado el Generalísimo) y algunos pocos caballos, espectáculo novísimo para aquellos pobres salvajes que no habían conocido hombres blancos y con barbas y que lanzaban rayos y truenos, montados como iban sobre tales bestias, que les parecerían a ellos, monstruos. Los tales indígenas no pensaron nunca en impedir el paso de los invasores, ni en prohibirles gastar de sus labranzas y entrar a sus huertas a comerse sus maíces, yucas arracachas, ahuyamas y algunos otros frutos que abundan en la región. Llegado el campo al pueblo de Chipatá (viejo) prefirieron hacer noche pasando el serillo de Agatá, que era otro rancherío pero mas vistoso y donde se veían verdes prados para sus cabalgaduras. Nos encontramos en vísperas de la Primera Misa del P. fray Domingo de las Casas en este ultimo lugar, que como al principio de estos renglones, hemos dicho se celebró el 15 de Enero de 1537… dispuso Fray Domingo de las Casas que en aquel pueblo de Chipatá se celebrara el Santo Sacrificio de la Misa, que fue la primera de que se dijo en este Reino. Levantó una cruz en cuya presencia dieron gracias a la Divina Majestad, de que les había concedido pisar aquellas tierras, en que sin los afanes de buscar la comida, se la traían a la mano…” Pero Báez no sólo se detuvo en mencionar el hecho, también profundizó sobre el lugar donde pudo ser y lo sustentó de la siguiente manera: “…Pues bien, recogiendo sobre el terreno la tradición ilustrada de aquellos lugares, nos hemos formado la convicción de que no fue matemáticamente en Chipatá viejo, sino dos kilómetros al sur, entre ese pueblo y Vélez, junto a la carretera de esos pueblos en el sitio en que todos repiten, llamado Loma de Agatá y al efecto, señalan allí un plano inclinado, que hoy son potreros de señor Juan Manuel Quiroga, en donde como que estuviere el conglomerado de casitas del Cacique Ágata; no me atrevo a ir en contra de esa tradición, pues no tengo fundamento ninguno para ello… una observación: Porque prefirieron los españoles el sitio de Agatá y no el de Chipatá?. No dejan algunos acontecimientos en la vida del hombre, de tener más explicación que el capricho. El fraile Dominico experimentaba el anhelo de santificar y consagrar por medio de este acto solemne religioso, la alegría que alborozaba todos los pechos y que había de poner sello espiritual y religioso a ese acontecimiento…” Aunque él no dejó tiempo para pensar en otras dudas, sobre éste hecho histórico, de ahí que hizo la siguiente aclaración: “…Otra observación: Porque en el futuro se abandonó el consagrado sitio de Agatá por el de Chipatá?, la razón es obvia: cuando en el futuro vieron los misioneros franciscanos de Vélez que para una doctrina formal no convenía el rancherío de Agatá por escases de aguas, procuraron formalizar el próximo rancherío de Chipatá, en donde se encontraban todos los suplementos necesarios. Esto no sucedía sino pasados los 1551, época en que se fundo dicho monasterio de San Francisco en la ciudad de Vélez. Bello recuerdo de la piedad franciscana se dejo, tanto para Agatá como para Chipatá en el titulo de San Francisco de Anjoui… 

Tampoco me afana la duda de que por que Chipatá Viejo estuviera hasta 1897 a los dos kilómetros de Agatá, una vez que ese ultimo puesto no había como organizar pueblo convenientemente por lo faldudo del terreno y en donde lo arreglaron los españoles habían mejores condiciones. La loma de Agatá tiene por otra parte, un horizonte bellísimo aun cuando reducido el perímetro, por ser casi un filo. El día de que nos interesen más, esos lugares sagrados, allí también se levantará un monumento a la que fue cuna de cristianos, intereses entre nosotros. Hoy la falda de Agatá es de Juan Manuel Quiroga, y la cresta de loma de los Duartes…” Para este sacerdote dominico todo debía estar claro de ahí que mencionó la connotación Agatá, que explicó de la siguiente manera: “… y ni siquiera me asusta el corte castizamente en latín de Agatá, pues los que conocen el Muisca, saben que aquella lengua es gutural, gusta de la combinación Agc y así los chipataes pronuncian Agota y los españoles pronuncian Agatá, que le lleva poca diferencia...” Acerca del nombre de Chipatá José Fulgencio Gutiérrez manifestó “Chipatá (labranza de nuestro padre) chi, nuestro, pa, apócope de paba, amo, señor, superior, encomendero, padre Zipa, (era chi, nuestro y pa, padre). De tal forma que ambos tienen elementos chibchas y por lo tanto fue común oírlos en la época, lo que permitió su ubicación y diferenciación de otros naturales que habitaron en Vélez, acerca de cómo Chipatá absorbió Agatá es claro que las condiciones del primero favorecieron la proyección del poblado. Se debe destacar que Báez se preocupó por los hechos de la época prehispánica y con la enumeración de diferentes datos importantes para el municipio, veía la necesidad de la historia de Chipatá.

Por eso mencionó que la fecha de su fundación fue el 15 de enero de 1537 por parte de Jiménez de Quesada, pero incurrió en un error histórico puesto que el acto de fundación implicaba una serie de elementos en los cuales la celebración de la misa, era una pequeña parte de un largo proceso, para ser reconocida y legitimada por parte del rey; pero en sus manuscritos, no se encontró una explicación en la conformación territorial del municipio, por eso aparecen noticias y noticias enumeradas cronológicamente para formar su historia, entonces resulta conveniente explicar cómo Chipatá formó su jurisdicción territorial y de esta forma, quizá, se complete el juicioso estudio del fraile dominico.

GEOGRAFÍA 

DESCRIPCIÓN FÍSICA:

LÍMITES DEL MUNICIPIO:

El municipio de Chipatá por su localización, topografía, vínculos, desarrollo socioeconómico y físico hace parte de la subregión conformada por los municipios de Vélez al sur y occidente, La Paz al norte, San Benito y Güepsa al oriente y Barbosa, los cuales hacen parte de la Provincia de Vélez La subregión que cuenta con una población total de 58469 habitantes, involucra a seis municipios de la provincia de Vélez.
Extensión total: 94.17 Km2
Extensión área urbana: 14.12 Km2
Extensión área rural: 80.08 Km2
Altitud de la cabecera municipal (metros sobre el nivel del mar): 1.820
Temperatura media: 18º C
Distancia de referencia: A Bucaramanga 227 km y a Bogotá 237 Km

ECOLOGÍA 

La protección del patrimonio ecológico y de los recursos naturales del Municipio constituye una urgente e imperativa necesidad, por esta razón se ha emprendido un camino de sostenibilidad ambiental en concertación con diferentes sectores de la sociedad y con las autoridades pertinentes obteniendo logros como: el concepto de viabilidad de la CAS y compra de dos terrenos uno con una extensión de una hectárea para la construcción de la planta de tratamiento de aguas residuales y otro de 13 hectáreas para reforestación. El Municipio de Chipatá en convenio con la CAS realizo el proyecto de reforestación de la parte alta del Municipio en donde además se desarrollo el Proyecto Guardianes del Bosque con un grupo de la comunidad y un grupo de estudiantes del Colegio ITA Agatá. Para minimizar el progresivo deterioro de los recursos naturales a causa de la deforestación, degradación de los suelos, disminución de caudales desecamiento, contaminación y perdidas de fuentes hídricas y la contaminación atmosférica en las zona en donde se encuentran los trapiches se elaboró el Plan de Gestión Integral de Residuos Sólidos PGIRS aprobado por la CAS y se ha realizado mejoras en el sistema de tratamiento de basuras y el horno incinerador del Municipio. De igual manera, y para contribuir para el desarrollo sostenible de Chipatá se está llevando a cabo un programa de sensibilización y educación en las instituciones educativas y la comunidad en general con el fin de propender por un mejoramiento ambiental que preserve los ecosistema estratégicos y la biodiversidad, en la cual se reconoce el agua como fuente esencial del desarrollo.

ECONOMÍA 

La base principal de la económica en Chipatá es y ha sido la agricultura, la cual hace parte del sector primario, donde se desarrolla una economía tradicional caracterizada por el monocultivo de la caña panelera, ejerciendo una presión socioeconómica sobre los recursos naturales debido al predominio del minifundio y pequeña propiedad; además sobresalen cultivos de maíz, café y pan coger. En la actualidad se están implementando nuevas alternativas agrícolas con cultivos como el de mora, pitaya, sábila, y estebia. Otro renglón importante de la economía es la ganadería que se fundamenta en bovinos de doble propósito, trabajándose en la actualidad en el mejoramiento de razas a través de la inseminación artificial.

VÍAS DE COMUNICACIÓN  

Aéreas: No hay en el Municipio
Terrestres: La principal vía de acceso es la vía que del Municipio de Vélez conduce a Chipatá con una distancia de 9 Km. y por la cual también se llaga al municipio de La Paz.

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