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jueves, 25 de octubre de 2012

SAN JOSE DE MIRANDA, SANTANDER, COLOMBIA
PROVINCIA DE GARCIA ROVIRA



HISTORIA 

Fecha de fundación: 08 de septiembre de 1915
Nombre del  fundador: Padre Isidoro Miranda

Reseña histórica:

Cuando los conquistadores llegaron a Tequia, lo cual ocurrió en el año de 1539, hizo su aparición en la crónica regional este pueblo de indios que es señalado por los españoles como el Valle de los Cercados, en atención a la peculiar forma de rodear los bohíos con cercas de cañas, palos y cañizos. La expedición de Hernán Pérez de Quezada, hermano de Gonzalo Jiménez de Quezada, se dirigía a la búsqueda de la Casa del Sol de Sogamoso, razón por la cual cuando los conquistadores se dieron cuenta que este famoso templo había quedado atrás, resolvieron regresar, precisamente de este lugar, sin haber verificado ningún acto de fundación o colonización en el valle. Quienes habitaban esta región eran chitareros a los cuales pertenecían los Tequíes, diferentes en lengua y traje de los laches. Las diferencias de costumbres entre estas tribus eran notorias, ya que los chitareros no tenían Cacique y su capitán era el indio más rico; pendencieros por naturaleza y derrochadores, gastaban cuanto conseguían en borracheras y en ellas se mataban entre sí, por cualquier pretexto o sin ninguno. Fueron los conquistadores quienes designaron a los capitanes de los indios como Caciques y les acomodaron líneas sucesorales a veces paternas y matrilineales. El primer traslado El 29 de marzo de 1623 por don Cristóbal López (cuñado de don Antonio de Enciso) y don Jerónimo de Useche, ambos terratenientes de Tequia, se produjo el primer traslado de los Tequíes al lugar denominado Servitá por la destrucción física de la primera iglesia y los bohíos de los pobladores que moraban alrededor de ella. Este día se trasladó el oidor de Tequia con el doctrinero de Servitá, Padre Tello de Meneses, el defensor y protector de todo lo natural, don Lorenzo Sola y otras importantes personalidades. El visitador les dio a entender que se previniesen para desamparar este sitio y asiento de Tequia y que todos los indios y sus mujeres y sus familias se fuesen a habitar a la nueva población de Servitá, como estaba proveído y mandado por auto del oidor y visitador general (Don Juan Villabona y Zubiarre). Y ante la gran caravana de amigos y ante los ojos curiosos de los indígenas se desempajó media iglesia. Al día siguiente le quitaron las Puertas, se tapó con piedras y luego incendiaron las casas y los bohíos de los indígenas. El hombre a quien estaban encomendados esos indios estaba ausente (Don Antonio de Enciso). Destruido el pueblo, del cual no quedaron sino escombros de la iglesia, la comitiva regresó a Servitá con 74 familias de aborígenes. En Servitá les dieron una de las manzanas del pueblo. Un año después culminaba este primer éxodo de los indios Tequíes, pues el 30 de agosto de 1624 la Real audiencia y Don Juan Borja ordenaron el regreso de los indios a su lugar de origen, donde se inició la reconstrucción del nuevo poblado bajo las órdenes del curandero don Antonio de Enciso. Don Antonio Enciso falleció el 23 de enero de 1637, luego de haber recuperado los indios de su encomienda y de haber logrado reconstruir el poblado en el sitio denominado El Santuario, precisamente frente a la finca denominada hoy Pueblo Viejo, dos kilómetros al occidente de donde están localizadas las ruinas del último traslado, o sea el de 1915.  Es probable no obstante, que la primera ubicación del pueblo haya sido en la parte alta del Santuario, pues el sitio de las Queseras por ser relativamente plano no corresponde a la descripción de las crónicas, que lo muestran como "no plano, sino de muchas subidas y bajadas". El segundo traslado El 27 de febrero de 1650 el pueblo fue trasladado del lugar llamado Pueblo Viejo, al sitio donde hoy se encuentran localizadas las ruinas históricas de la iglesia de Tequia y que debe corresponder al determinado por el Padre Mejía, " a Un (1) grado, Cero(0) minutos, Veinticinco (25) segundos longitud oriental y Seis (6) grados, Treinta (30) minutos, Treinta (30) segundos latitud norte", 2.250 metros de altura sobre el nivel del mar y 17 grados de temperatura. Cumpliéndose así el segundo traslado de la localidad y su tercera ubicación. Este acontecimiento marcó el fin del primer ciclo de la fundación que hay que situar en el año de 1540 cuando se adjudicó la encomienda a Don Juan Rodríguez Parra, quien hizo la construcción de la Iglesia y la casa del doctrinero destruidas en 1623 por el oidor Villabona. 83 años duró este asentamiento, además de los que se mantuvo como sede del Valle de los Cercados en la época precolombina. Durante ésta época se produjo una verdadera revolución en las costumbres de los aborígenes, ya que conocieron los animales domésticos, aprendieron y  comenzaron a practicar los principios fundamentales de la religión. Los colonos por su parte establecieron una convivencia nueva sobre la base de servirse de los indios y mezclándose con ellos crearon un mestizaje que terminó a la postre con la población indígena. El segundo traslado que significaba para el pueblo la tercera ubicación, fue el producto de una serie de presiones entre las cuales aparece como la más importantes la de los estancieros que residentes fuera de los resguardos buscaban una proximidad mayor a la iglesia. A partir de 1.650 toda la actividad comunitaria se centra en la construcción del pueblo con materiales de mayor consistencia. 

La iglesia a la que corresponden las ruinas actuales, fue edificada durante un largo período que culminó en 1734 siendo cura Fray Dionisio Jaimes. En 1712 Nicolás de Saavedra, vecino de Tequia, hizo postura para la construcción de dos estribos de piedra y cal para la iglesia. En 1730 la Real Audiencia dio 400 patacones para la construcción. El cementerio ubicado frente a la iglesia por el sector norte sobre el camino que conducía a Cutalitgua, Anchicuta y Píncera; el acueducto de Chitulí, que remataba sobre una plazoleta ubicada en la salida hacia Málaga y la Casa Cural al lado sur de la iglesia, con amplio corredor sobre la plaza, fueron las primeras construcciones de cal y canto o de tierra pisada y tejas. Tercero y último traslado Los primeros años de este siglo transcurrieron en Tequia dentro de la monótona perspectiva de la vida rural en una comunidad unificada y congregada en torno de la iglesia, centro obligado en todos los aspectos de la vida de asociación desde los días en que aparecieron los primeros doctrineros. El final de la guerra significaba también el retorno de los sobrevivientes y con ellos algunas experiencias y no poco anecdotario.  En la administración de la parroquia de Tequia se sucedieron, luego de los padres Dominicos, los sacerdotes Marcelino Tavera, Nepomuceno Escobar, José Gregorio Barragán, Gregorio Soler, Esteban Rivas, José Tomás Quintero, Toribio Mantilla, Evaristo Blanco, Efigenio Jaimes, entre otros hasta fines del siglo XIX. En este siglo Pedro León Calderón, Justo Pastor Patiño, Román Monsalve, Francisco de P. Rivera, Luís A. Vera y Eusebio Corredor Florez, quien asumió la parroquia en el año 1912. El padre Eusebio Corredor Florez, oriundo de Tequia, había estudiado y enseñado allí mismo y ya como párroco fundó la escuela de Artes y oficios para señoritas y comenzó a usar para su parroquia la denominación de San José de Tequia. Parece que debido a su carácter fuerte tuvo problemas con sus feligreses y en 1914 fue reemplazado por el Padre Isidoro Miranda Morantes, joven y alegre sacerdote, quien desde su llegada se dio cuenta de que cualquier posibilidad de progreso para los habitantes de la aldea no podía lograrse, sino alejando su ubicación de la capital de la provincia, Málaga, cuya vecindad ahogaba el movimiento comercial y las labores artesanales que constituían su principal ocupación. Era evidente también que el centro del municipio, colocado en Tequia hacía muy difícil la comunicación con las veredas ubicadas al sur y al oriente, especialmente con las que lindaban con el río Chicamocha. Además se hacía necesario buscar un plano más amplio para la expansión del poblado ya que el actual, ubicado en una colina estrecha, limitaba toda posibilidad de ampliación en este sentido. La idea, latente ya en la mayoría de los habitantes de Tequia, tenía que ser propuesta y llevada a la práctica por la única autoridad reconocida y acatada en una sociedad eminentemente clerical como era ésta y encontró su afortunado ejecutor en el Padre Isidoro Miranda. Fue así como el mismo adquirió la meseta de cutaligua e inició el trazado de las calles y de los monumentos públicos, como la plaza principal, la Capilla, el Cementerio, escuelas y colegios, y el 8 de septiembre de 1915 hizo trasladar al Alcalde Pedro Suárez Ortiz y a su secretario Isidoro Aselas para que desde allí despacharan los asuntos administrativos y el 14 de noviembre del mismo año, en peregrinación general trasladó la imagen de la Virgen de los Remedios al nuevo pueblo.

GEOGRAFÍA 
ACTIVIDAD DE RAPEL

Descripción Física:

San José de Miranda se halla localizado en la zona sur oriental del Departamento de Santander, en la Provincia de García Rovira a 6 grados 39´ latitud norte y a 72 grados 49´ longitud oeste, según el Ecuador y el meridiano de Greenwich que rige para Colombia.

LÍMITES DEL MUNICIPIO:

El municipio limita de sur a norte con los municipios de Capitanejo,
Covarachía (Boyacá) y Málaga,  y con los municipios  de Enciso y Molagavita por el oriente y occidente.
Extensión total: 85 Km/2 Km2 Km2
Extensión área urbana: 1.980 M.S.N.M. Km2 Km2
Extensión área rural: 1.975 M.S.N.M. Km2
Altitud de la cabecera municipal (metros sobre el nivel del mar):
Temperatura media: 18º cº C
Distancia de referencia: 6 km de Malaga

ECOLOGÍA 

El municipio de Miranda ha sido privilegiado por este recurso suficiente para el sostenimiento de las familias.  Las principales quebradas que lo riegan son la Quebrada Seca, la de los Cojos, la de la Virgen o de Noabita, la de Lourdes o de La Gruta que con las dos anteriores forman la del Espinal, la de Popagá formada por los cauces de las quebradas de los Rosales y el Tambor, la quebrada del Salado de aguas salobres, la de Agua Colorada, la de los Balsos, la de Chitulí, la del Hato, y la de Tabarlaque, de igual forma los ríos Servitá y Chicamocha que pasan por la parte baja del municipio. 

ECONOMÍA 

La economía de Miranda gira en torno a la producción agropecuaria existente en la región.  Debido al exceso de minifundio se ha tornado en hogareña y sólo se produce para atender  el grupo familiar, donde niños, adultos y viejos trabajan para el sustento y mantenimiento de la finca. El término minifundio viene del latín minimus, muy pequeño;  minifundios, fundo.  Además de la producción agropecuaria existen algunas industrias que explotan el barro para la elaboración de ladrillo y teja, y otras que producen cal apagada.  En Tierra Blanca existe la fábrica cestera o de canastos de caña brava. 

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