SAN JOSE DE MIRANDA, SANTANDER, COLOMBIA
PROVINCIA DE GARCIA ROVIRA
HISTORIA
Fecha de fundación: 08 de septiembre de 1915
Nombre del fundador: Padre Isidoro Miranda
Reseña
histórica:
Cuando los conquistadores
llegaron a Tequia, lo cual ocurrió en el año de 1539, hizo su aparición en la
crónica regional este pueblo de indios que es señalado por los españoles como
el Valle de los Cercados, en atención a la peculiar forma de rodear los bohíos
con cercas de cañas, palos y cañizos. La expedición de Hernán Pérez de Quezada,
hermano de Gonzalo Jiménez de Quezada, se dirigía a la búsqueda de la Casa del
Sol de Sogamoso, razón por la cual cuando los conquistadores se dieron cuenta
que este famoso templo había quedado atrás, resolvieron regresar, precisamente
de este lugar, sin haber verificado ningún acto de fundación o colonización en
el valle. Quienes habitaban esta región eran chitareros a los cuales
pertenecían los Tequíes, diferentes en lengua y traje de los laches. Las
diferencias de costumbres entre estas tribus eran notorias, ya que los
chitareros no tenían Cacique y su capitán era el indio más rico; pendencieros
por naturaleza y derrochadores, gastaban cuanto conseguían en borracheras y en
ellas se mataban entre sí, por cualquier pretexto o sin ninguno. Fueron los
conquistadores quienes designaron a los capitanes de los indios como Caciques y
les acomodaron líneas sucesorales a veces paternas y matrilineales. El primer
traslado El 29 de marzo de 1623 por don Cristóbal López (cuñado de don Antonio
de Enciso) y don Jerónimo de Useche, ambos terratenientes de Tequia, se produjo
el primer traslado de los Tequíes al lugar denominado Servitá por la
destrucción física de la primera iglesia y los bohíos de los pobladores que
moraban alrededor de ella. Este día se trasladó el oidor de Tequia con el
doctrinero de Servitá, Padre Tello de Meneses, el defensor y protector de todo
lo natural, don Lorenzo Sola y otras importantes personalidades. El visitador
les dio a entender que se previniesen para desamparar este sitio y asiento de
Tequia y que todos los indios y sus mujeres y sus familias se fuesen a habitar
a la nueva población de Servitá, como estaba proveído y mandado por auto del
oidor y visitador general (Don Juan Villabona y Zubiarre). Y ante la gran
caravana de amigos y ante los ojos curiosos de los indígenas se desempajó media
iglesia. Al día siguiente le quitaron las Puertas, se tapó con piedras y luego
incendiaron las casas y los bohíos de los indígenas. El hombre a quien estaban
encomendados esos indios estaba ausente (Don Antonio de Enciso). Destruido el
pueblo, del cual no quedaron sino escombros de la iglesia, la comitiva regresó
a Servitá con 74 familias de aborígenes. En Servitá les dieron una de las
manzanas del pueblo. Un año después culminaba este primer éxodo de los indios
Tequíes, pues el 30 de agosto de 1624 la Real audiencia y Don Juan Borja
ordenaron el regreso de los indios a su lugar de origen, donde se inició la
reconstrucción del nuevo poblado bajo las órdenes del curandero don Antonio de
Enciso. Don Antonio Enciso falleció el 23 de enero de 1637, luego de haber
recuperado los indios de su encomienda y de haber logrado reconstruir el
poblado en el sitio denominado El Santuario, precisamente frente a la finca
denominada hoy Pueblo Viejo, dos kilómetros al occidente de donde están
localizadas las ruinas del último traslado, o sea el de 1915. Es probable no obstante, que la primera
ubicación del pueblo haya sido en la parte alta del Santuario, pues el sitio de
las Queseras por ser relativamente plano no corresponde a la descripción de las
crónicas, que lo muestran como "no plano, sino de muchas subidas y
bajadas". El segundo traslado El 27 de febrero de 1650 el pueblo fue
trasladado del lugar llamado Pueblo Viejo, al sitio donde hoy se encuentran
localizadas las ruinas históricas de la iglesia de Tequia y que debe
corresponder al determinado por el Padre Mejía, " a Un (1) grado, Cero(0)
minutos, Veinticinco (25) segundos longitud oriental y Seis (6) grados, Treinta
(30) minutos, Treinta (30) segundos latitud norte", 2.250 metros de altura
sobre el nivel del mar y 17 grados de temperatura. Cumpliéndose así el segundo
traslado de la localidad y su tercera ubicación. Este acontecimiento marcó el
fin del primer ciclo de la fundación que hay que situar en el año de 1540
cuando se adjudicó la encomienda a Don Juan Rodríguez Parra, quien hizo la
construcción de la Iglesia y la casa del doctrinero destruidas en 1623 por el
oidor Villabona. 83 años duró este asentamiento, además de los que se mantuvo
como sede del Valle de los Cercados en la época precolombina. Durante ésta
época se produjo una verdadera revolución en las costumbres de los aborígenes,
ya que conocieron los animales domésticos, aprendieron y comenzaron a practicar los principios
fundamentales de la religión. Los colonos por su parte establecieron una
convivencia nueva sobre la base de servirse de los indios y mezclándose con
ellos crearon un mestizaje que terminó a la postre con la población indígena. El
segundo traslado que significaba para el pueblo la tercera ubicación, fue el
producto de una serie de presiones entre las cuales aparece como la más
importantes la de los estancieros que residentes fuera de los resguardos
buscaban una proximidad mayor a la iglesia. A partir de 1.650 toda la actividad
comunitaria se centra en la construcción del pueblo con materiales de mayor
consistencia.
La iglesia a la que corresponden las ruinas actuales, fue
edificada durante un largo período que culminó en 1734 siendo cura Fray
Dionisio Jaimes. En 1712 Nicolás de Saavedra, vecino de Tequia, hizo postura
para la construcción de dos estribos de piedra y cal para la iglesia. En 1730 la
Real Audiencia dio 400 patacones para la construcción. El cementerio ubicado
frente a la iglesia por el sector norte sobre el camino que conducía a
Cutalitgua, Anchicuta y Píncera; el acueducto de Chitulí, que remataba sobre
una plazoleta ubicada en la salida hacia Málaga y la Casa Cural al lado sur de
la iglesia, con amplio corredor sobre la plaza, fueron las primeras
construcciones de cal y canto o de tierra pisada y tejas. Tercero y último
traslado Los primeros años de este siglo transcurrieron en Tequia dentro de la
monótona perspectiva de la vida rural en una comunidad unificada y congregada
en torno de la iglesia, centro obligado en todos los aspectos de la vida de
asociación desde los días en que aparecieron los primeros doctrineros. El final
de la guerra significaba también el retorno de los sobrevivientes y con ellos
algunas experiencias y no poco anecdotario.
En la administración de la parroquia de Tequia se sucedieron, luego de
los padres Dominicos, los sacerdotes Marcelino Tavera, Nepomuceno Escobar, José
Gregorio Barragán, Gregorio Soler, Esteban Rivas, José Tomás Quintero, Toribio
Mantilla, Evaristo Blanco, Efigenio Jaimes, entre otros hasta fines del siglo
XIX. En este siglo Pedro León Calderón, Justo Pastor Patiño, Román Monsalve,
Francisco de P. Rivera, Luís A. Vera y Eusebio Corredor Florez, quien asumió la
parroquia en el año 1912. El padre Eusebio Corredor Florez, oriundo de Tequia,
había estudiado y enseñado allí mismo y ya como párroco fundó la escuela de
Artes y oficios para señoritas y comenzó a usar para su parroquia la
denominación de San José de Tequia. Parece que debido a su carácter fuerte tuvo
problemas con sus feligreses y en 1914 fue reemplazado por el Padre Isidoro
Miranda Morantes, joven y alegre sacerdote, quien desde su llegada se dio
cuenta de que cualquier posibilidad de progreso para los habitantes de la aldea
no podía lograrse, sino alejando su ubicación de la capital de la provincia,
Málaga, cuya vecindad ahogaba el movimiento comercial y las labores artesanales
que constituían su principal ocupación. Era evidente también que el centro del
municipio, colocado en Tequia hacía muy difícil la comunicación con las veredas
ubicadas al sur y al oriente, especialmente con las que lindaban con el río
Chicamocha. Además se hacía necesario buscar un plano más amplio para la
expansión del poblado ya que el actual, ubicado en una colina estrecha,
limitaba toda posibilidad de ampliación en este sentido. La idea, latente ya en
la mayoría de los habitantes de Tequia, tenía que ser propuesta y llevada a la
práctica por la única autoridad reconocida y acatada en una sociedad
eminentemente clerical como era ésta y encontró su afortunado ejecutor en el
Padre Isidoro Miranda. Fue así como el mismo adquirió la meseta de cutaligua e
inició el trazado de las calles y de los monumentos públicos, como la plaza
principal, la Capilla, el Cementerio, escuelas y colegios, y el 8 de septiembre
de 1915 hizo trasladar al Alcalde Pedro Suárez Ortiz y a su secretario Isidoro
Aselas para que desde allí despacharan los asuntos administrativos y el 14 de
noviembre del mismo año, en peregrinación general trasladó la imagen de la
Virgen de los Remedios al nuevo pueblo.
GEOGRAFÍA
ACTIVIDAD DE RAPEL |
Descripción
Física:
San José de Miranda se halla
localizado en la zona sur oriental del Departamento de Santander, en la
Provincia de García Rovira a 6 grados 39´ latitud norte y a 72 grados 49´
longitud oeste, según el Ecuador y el meridiano de Greenwich que rige para Colombia.
LÍMITES
DEL MUNICIPIO:
El municipio limita de sur a norte con los municipios de
Capitanejo,
Covarachía (Boyacá) y Málaga, y con los municipios de Enciso y Molagavita por el oriente y
occidente.
Extensión total: 85 Km/2 Km2 Km2
Extensión área urbana: 1.980 M.S.N.M. Km2 Km2
Extensión área rural: 1.975 M.S.N.M. Km2
Altitud de la cabecera municipal (metros sobre el nivel
del mar):
Temperatura media: 18º cº C
Distancia de referencia: 6 km de Malaga
ECOLOGÍA
El municipio de Miranda ha
sido privilegiado por este recurso suficiente para el sostenimiento de las
familias. Las principales quebradas que
lo riegan son la Quebrada Seca, la de los Cojos, la de la Virgen o de Noabita,
la de Lourdes o de La Gruta que con las dos anteriores forman la del Espinal,
la de Popagá formada por los cauces de las quebradas de los Rosales y el
Tambor, la quebrada del Salado de aguas salobres, la de Agua Colorada, la de
los Balsos, la de Chitulí, la del Hato, y la de Tabarlaque, de igual forma los
ríos Servitá y Chicamocha que pasan por la parte baja del municipio.
ECONOMÍA
La economía de Miranda gira
en torno a la producción agropecuaria existente en la región. Debido al exceso de minifundio se ha tornado
en hogareña y sólo se produce para atender
el grupo familiar, donde niños, adultos y viejos trabajan para el
sustento y mantenimiento de la finca. El término minifundio viene del latín
minimus, muy pequeño; minifundios,
fundo. Además de la producción
agropecuaria existen algunas industrias que explotan el barro para la
elaboración de ladrillo y teja, y otras que producen cal apagada. En Tierra Blanca existe la fábrica cestera o
de canastos de caña brava.
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